Saturday, March 10, 2007

Breve historia de la oligarquía eléctrica en RD: (I) De IPPs a capitalizados


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Este ensayo es un esfuerzo y colaboración de Edwin Croes, para su información, conocimiento y divulgación.
Servido por: Modesto Reynoso
Subsecretario de Relaciones Internacionales del PRD
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El mercado eléctrico dominicano ha sido dominado por un reducido grupo de empresas que comenzaron siendo pequeños IPPS. Estas empresas ganaron las licitaciones de la capitalización y lo compraron todo. Desde ese momento, se fortalece una especie de “capitalismo salvaje” en el sector eléctrico dominicano bajo propiedad de una oligarquía que domina el negocio y no cesa de hacerse mas poderosa.

La oligarquía es una muy vieja forma de organización política y económica que concentra el poder de decisión en manos de pocas personas. Los historiadores y filósofos de la antigua Grecia crearon este concepto para designar una de las formas en que degenera el poder de la aristocracia (“gobierno de los mejores”), contraria a la democracia. Otra forma de degeneración era la tiranía de un solo líder. Agregaban ellos que un sistema oligárquico fundamenta sus privilegios en formas de propiedad que sustentan y conservan sus privilegios adquiridos.

En el sector eléctrico dominicano, una de esas formas de propiedad oligárquica son los contratos IPP. ¿Qué es un contrato IPP? Muy sencillo. Independientes Productores Privados que traen sus plantas generadoras, pero tienen el precio asegurado, ya que es al Estado (CDEEE) al que le venden su energía y este a su vez la vende en el mercado. Si el precio del mercado es mas bajo que el contratado, pues el gobierno (los contribuyentes) ponen la diferencia. Hay que pagarles aunque estén apagados y hasta si se hundan sus barcazas u otras razones de “fuerza mayor” como dicen los contratos. Es como una república aparte en donde ni impuestos se pagan.

Los IPP’s son engendros de una versión moderna del modelo de “enclave” en republicas bananeras, tal como lo eran los ingenios azucareros en los dos siglos pasados. Son una isla dentro de una isla. Y así mismo, los IPP son islas dentro del mercado eléctrico.

Los presidentes, Balaguer y Leonel Fernández, se desesperaron porque sus propios funcionarios y gabinetes eléctricos no eran capaces de evacuar electricidad de la carne corrupta que comían de CDE. Hasta a un agrónomo nombró Balaguer en la CDE. Conscientes de que con apagones ni se gobierna ni se ganan elecciones, “experimentaron” con los IPP’s.

Es en la segunda “era” de Balaguer (1986-96) que personas cercanas a la mayor empresa del país (Gulf and Western-Central Romana) logran convencerlo de la solución a la permanente crisis eléctrica: contratos IPP’s. Para alguien de mentalidad de republica bananera del siglo 19, como lo era Balaguer, no fue difícil entender el concepto de que vendrían barcazas generadoras de electricidad, propiedad de inversionistas extranjeros, a venderle electricidad al país con solo firmarle un contrato de diez o quince años y pagarle su factura mensual a tiempo.

Balaguer entendió y firmó el primer contrato de prueba en 1989 con Seaboard y otro accionista (Rolando González Bunster) que luego sería conocido como Basic Energy. Esa es una de las barcazas ancladas la desembocadura del Río Ozama, irónicamente frente a la antigua Santo Domingo Electric Company que Trujillo compró y nacionalizó.

Luego Balaguer firmó con Metaldom (del Grupo Vicini) en 1990. Con Laesa en 1992. Con Smith-Enron en 1993. Con Basic Energy, El Paso Energy y Commonwealth Development Corporation (CDC) en 1991 y, de nuevo, en 1994 para una segunda barcaza en Puerto Plata. Y finalmente con la desconocida Destec en 1995 (contrato que a los pocos meses fue comprado por la incipiente AES corporation).

La desesperación fue tan extrema que Balaguer otorgó a los accionistas de un IPP (al mismo Rolando González Bunster) el monopolio total de generación, transmisión, distribución y comercialización de electricidad en las zonas de Bayahibe, Bávaro, Punta Cana y Macao, que son filetes de mercado turístico cautivo. Este es el modelo con que hoy algunos sueñan convertir todo el país.

Contrario a toda recomendación y pronóstico, la administración Fernández de 1996-2000 firmó 20 contratos (800 megavatios en total) similares a pesar de que eran frontal y claramente contradictorios con las reformas de la capitalización en marcha desde 1997.

Fernández autoriza a Radhames Segura a firmar con Cayman Power en 1998. Con Maxon y Laesa (una renovación) en 1999. Con Cogentrix y CDC en 1999. Con Seaboard y Basic Energy en 1999 (para una segunda barcaza). Con Enrgycorp Caribbean en 1999. Y renegoció el contrato de Smith-Enron también en 1999 con el resultado de endurecer las condiciones del mismo.

El negocio fue muy bueno, pero mientras más contratos IPPs se firmaban peor se tornaba el problema eléctrico del país. De allí, de la desesperación, nace la capitalización.

La capitalización fue la próxima fase de evolución de los IPPs. Excepto GENER de Chile (que duraría poco hasta que un IPP, AES, la engullera), todos los ganadores de las licitaciones ya participaban de una u otra forma en el mercado eléctrico dominicano, unos como IPPs y en el negocio del combustible, otros como consultores de CDE (Unión Fenosa). Fue casi un “family business” entre los IPP's “sospechosos de siempre”. Veamos:

El Paso Energy, que gana la licitación de EGEITABO, era dueño de las dos barcazas IPP's llamadas CEPP (Compañía de Electricidad de Puerto Plata) y estaba involucrada en el negocio de combustibles en el país (como Coastal).

AES Corporation, que gana la licitación de EDEESTE, era dueña de una planta IPP (Dominican Power Partners -DPP-) instalada convenientemente en el patio mismo de EDEESTE en Los Minas. Luego construye la segunda planta más grande del país, AES- Andrés, que usa gas natural como combustible.

La licitación de EGEHAINA la ganan Seaboard y Basic Energy, que ya eran dueñas de las primeras barcazas IPPSs (en el Río Ozama). También participa de socio en EGEHAINA la Comonwealth Development Corporation (CDC), que junto a las anteriores empresas ya eran socios accionistas minoritarios de las barcazas CEPP y de Cogentrix. Mezclados en este grupo de pequeños inversionistas amigos estaba la familia Pellerano (Grupo Financiero Nacional, Banco Mercantil).

Originalmente, Enron Corporation también sería accionista en EGEHAINA (así fueron depositados los documentos al principio de las licitaciones). Pero los problemas de dicha empresa afloraban y mas tarde condujeron a una quiebra fraudulenta que hace unas semanas llevó a sus principales funcionarios a las cárceles de EEUU.

Por cierto, los representantes locales de los auditores de Enron -Arthur Anderson- que también cayeron bajo el peso de la justicia, era la empresa Ortega y Asociados, la cual realizó la valoración patrimonial de los activos del estado en el sector eléctrico a ser licitados en la capitalización. Fue como poner al Conde Drácula de administrador de un banco de sangre.

En conclusión, los IPP's conquistaron la capitalización y la colonizaron formando empresas hibridas para desde allí generalizar un modelo que, como las sanguijuelas, chupara el mayor excedente económico posible del país en su conjunto.

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1 comment:

Anonymous said...

Se te olvido mensionar el "Acuerdo de Madrid" y lo que hizo el PRD en el gobierno de Hipolito Mejia, o es que te dio Alzaimer!!